Aún me quedan preguntas
y el sol no se espera. 
La Luna no llega
y el sol se ha marchado. 
Hoy la luna es pequeña, 
como púa de erizo
de las castañas. 
Es pequeña y creciente;
para mi es suficiente. 
Yo le hablo a la luna
de la montaña. 
Y la luna me escucha
y la luna me habla. 
Y la siento tan cerca... 
que en la noche, serena, 
aunque sea pequeña, 
me responde la luna
y me acompaña. 
E. G. S. 27 de septiembre, 2022



 
