Las abarcas de la poesía
Cada cinco de enero,
musas, ángeles y hadas,
tus abarcas desiertas
de tesoros llenaban.
Tus abarcas, veleros
de poemas alados;
cargamento ligero
de juguetes preciados.
¿Mañanas dolorosas?
¡El cielo sonreía!
Tus abarcas preciosas,
henchidas de poesía.
Emilia García Serna
(Del Regalo del Hada Blanca)