miércoles, 23 de marzo de 2016

23 DE MARZO, SUPLEMENTO LA TIZA DEL DIARIO INFORMACIÓN

Acabo de enterarme de que mi último libro ha salido en el suplemento de la Tiza
del diario Información de hoy.
:)

¡Gracias!

El regalo del Hada Blanca fue escrito como regalo de cumpleaños para Miguel Hernández. Pinchando en el siguiente enlace, podéis leer cómo surgió este libro:

*Me halaga el pequeño "honor"-error de atribución de autoría del Caballo meditabundo a Miguel Hernández.

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 Este libro es un gran cargamento
de juguetes, canciones  y “poentos”.

Juguetes, para jugar hasta cansarte;
nanas, para arrullarte con mi acento;
poemas, para vencer al desaliento;
“poentos”, para los sueños acercarte.

Y …
para hacer reír a un vate,
algún que otro disparate.


*Nota: Poentos = poemas-cuentos.

Luna de jazmín
Serena es la luna,
olor a  jazmín
que viene a la cuna
de mi pequeñín.

Pasará las horas
contándote historias
de princesas moras,
reyes  y victorias.

jardines y fuentes,
pájaros cantores,
alondras, jilgueros
y  mil ruiseñores.

Sereno en la cuna
olor a  jazmín …
¡Que se va a la luna
con mi pequeñín!


Adivina adivinanza
A pesar del duro estío
y del polvo del camino,
fructifica la chumbera,
renace el verde tomillo.

¿Dónde se han llevado el monte?
¿Dónde se ha marchado el río?
A pesar del frío enero,
aún florece el romero.

¡Agarraos fuertemente!
Adivina, adivinanza.
¿Qué palabra está en mi mente?

(Es la palabra: ¡Esperanza!)



Caballo meditabundo
Pelaje castaño oscuro,
brillantes negros luceros,
negras crines, negra cola,
buscando verdes senderos.

Cuando ensillo y cincho a Rayo,
mi caballo, alpujarreño,
¡al paso!, ¡al trote!, ¡al galope!,
cabalgo mi vida en sueño.

¡Llévame a correr el mundo!,
caballito guapetón,
caballo meditabundo,
caballito de cartón.




El señor ciempiés

El señor ciempiés
salió de paseo;
marchaba descalzo,
pero con sombrero.

El señor ciempiés
se muere de risa,
pues le hace cosquillas
todo lo que pisa.

El señor ciempiés
se fue al zapatero
a encargar cien pares
de zapatos nuevos.
  
 Estrenó zapatos,
el señor ciempiés,
y ahora no se ríe,
le ocurre al revés.

Los calza y se cansa,
le aprietan, “le duelen”.
Cuando se descalza,
sus cien pies le huelen.

Y, desde aquel día,
nadie ha vuelto a ver,
calzando zapatos,
a ningún ciempiés.


Emilia García Serna
Autora de los textos e ilustraciones. 
(Todos los derechos reservados)