Yo he conocido Busot cuando pasaba el pregonero por las calles con su turuta o cornetilla, un instrumento de latón, en forma de cuerno. El pregonero creo que era un alguacil que comunicaba las noticias del pueblo en voz alta. El ritual siempre era el mismo:
-“Tuturutú”- tocaba la turuta para llamar la atención y leía su pregón, que siempre comenzaba de la misma manera:
-Se hace saber, por orden del señor alcalde…
y concluía con otro toque de turuta.
Confieso, que yo no me enteraba de nada porque hablaba muy deprisa.
Ayer, en el Cabeçó d´Or comprobamos que siguen cantando alegres las chicharras, por el día y los grillos, por la noche; también conocimos a otro pastor que tiene su redil en el Pla del Cabeçó. No pude grabar, porque el móvil estaba (“petao”, como dicen ahora) lleno, no tenía espacio suficiente.
Hoy recupero el siguiente soneto que escribí, hace unos años, con nostalgia del pasado. Es curioso, pero igual que ayer pensaba que el whatsap de antaño eran las tertulias de vecinos “a la fresca”, cuando cuento y comparto mis textos e información desde “BUSOT PLAZA”, me siento trovadora y pregonera.
Réquiem
Por el buhonero y el pregonero,
sillero, tejedor y trovador,
farero, sastre, deshollinador,
sombrerero, lutier y botijero …
Paragüero, colchonero, sereno,
cestero, barquillero, escanciador,
pastor trashumante, afilador,
zapatero remendón, molinero…
Carretero, redera, cigarrera,
limpiabotas, tapicero,
feriantes,
trapero,
organillero, castañera…
¡Les siguieron oficios rimbombantes!
Ahora, ya no es nada como era.
¿Acaso, el mundo hoy, es mejor que antes?
Emilia García Serna
Del Regalo del Hada
Blanca
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